¿Dónde están tus límites?
Sólo quizá cuando llegues a la cumbre
empieces a entender que los límites los marcas tú. Que no hay nada más limitante que un no, que si no lo intentas nunca sabrás hasta dónde eres capaz de llegar. Que no hay nada como la adrenalina que fluye por tus venas mientras escalas la montaña. Que no hay droga más potente que te haga avanzar y la paz de sentirte parte minúscula de este universo, tan minúscula como una célula que ni siquiera es visible, tan pequeñita que puedes pasar desapercibida.
Y ahí estás cuerpo a cuerpo con la pared, oyendo tus latidos, sintiendo el vértigo, escuchando por fin mi silencio más profundo, solo pensando que lo único que puedes hacer es avanzar, no hay opción, no hay marcha atrás, ni vía de escape o avanzas o mueres.
Adrenalina, paz y serotonina.
Sara Gómez Mendiguchia
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