Carta sin remitente
Todo expuesto a ese nadie a quien dirijo mis letras y que jamás recojerá, porque ya solo existe como recuerdo.
Recuerdo de un tiempo que quiso existir, quiso ser.
Hubo un tiempo en que todo parecía tan real que los kilómetros que nos separaban no eran más que una carretera con destino al paraíso.
Que el destino eran tus labios y tus manos, y tus ojos un océano infinito donde perderse y una caricia el éxtasis donde dejarse ir...dejarse ir
Tan real como la piel que recubre mi cuerpo
y el tuyo
Pero cómo saber dónde está el límite entre lo real y lo irreal
Qué puede más en esta batalla, lo tangible de un cuerpo contra otro o la intangible y poderosa ilusión
Cómo saber que existimos, que nuestros caminos se juntaron, que en algún momento nuestros cuerpos estuvieron viéndose en el mismo espacio y tiempo.
¿Cómo?
Si escribo palabras carentes de sentido porque las lanzo al aire esperando que un recuerdo las recoja.
Y ya no sé diferenciarte.
Ya no sé si eres recuerdo o fantasía
O ambas
Si te quise tanto que te hice existir
Y en verdad solo fuiste un sueño
Tan etéreo como el humo que se escapa y se pierde en el infinito del cielo.
Si yo misma no sé si existo.
Pero te escribo
Por si acaso
Existes
Existimos
Sara G. Mendiguchia ( texto y foto)
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