viernes, 19 de diciembre de 2025

Aprendí

Aprendí a no necesitar a nadie. 
Aprendí que la soledad también es compañera. 
Que todo es bonito si se elige desde el querer y no desde la necesidad. 
Que las personas vienen y van, algunas a ratos, otras por un tiempo y otras siempre. 
Y que no pasa nada. 
Aprendí lo suficiente para saber estar y saber irme. 
Que si no te eligen, está bien. 
Que si no eres prioridad, está bien. 

Pero no te equivoques, no me quedo a pesar de todo. 
No soy ave de paso. 
Ni puerto de ida y vuelta. 

Soy la inmensidad del océano. 
La tormenta y la calma. 
Todo o nada. 

No me quedo donde no siento. 
Donde no me sienten. 

No soy el secreto de nadie. 

Ni versos de media tinta. 

Sara G. Mendiguchia

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