No soy fácil de amar, tengo un mundo de pensamientos que transcurren día y noche entre mi alma y mente. No siempre lo muestro. No soy fácil, no soy difícil.
Soy intensa a ratos y mis cicatrices a veces hablan por mí, aunque las ignoro muy a menudo.
Amo mi soledad tanto como tu compañía.
Amo la paz de las almas que saben sacarme sonrisas pero siempre amaré más que tú sonrías.
Me doy despacito, como los atardeceres de verano a la orilla del mar. Con la calma del tiempo sin relojes que mirar.
No lo digo todo por miedo a que me sangre las heridas.
No comparto amores y no entiendo a quien lo hace o sí, pero entonces huiré y no volveré.
Leo entre líneas las cosas que no me cuentas, pero siempre preferiré la sinceridad como compañia.
No dejo que me quieran a medias.
Ni me gusta querer a medias.
Me columpio en las páginas del tiempo mientras te descubro y te dejo pasear por mi mente.
Soy capaz de dar sin reservas.
También de quitarlo.
Sara G. Mendiguchia
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