incómodos e imposibles
preciosos y anhelados.
Queriéndolos siempre
odiándolos a ratos.
Exquisitamente adaptados
a mis pies por la mañana,
estrechos e incómodos
al mediodía
Sensuales y poderosos
en el camino.
Admirados y codiciados
los viernes por la noche.
Tan altos como para tocar el cielo
como tus caricias al amanecer.
Eres como mis zapatillas
suaves y calientes,
como el descanso en domingo
querido y esperado.
Como mis botas de invierno
que me protegen del frío
y de la lluvia.
Como mi camisón de seda
y encaje suave y sensual.
tan fácil de quitar,
tan fácil de llevar.
Eres como mis zapatos de tacón
incómodos e imposibles,
pero siempre deseados.
Sara Gómez Mendiguchia
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