No dejes que muera
No desaparezcas
No envenenes
mi alma con tu ausencia
Te suplico
se antagonista
de mi desdicha
Y recorre cada
milésima de mi piel
Cúrame el alma
con la miel de tus labios
Ámame hasta que el alba ya no sea
y nuestros cuerpos se empapen
como gotas de rocío al amanecer
Ven
Curémonos el alma
Sara Gómez Mendiguchia
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