Si la memoria hablase
Pero tiene esa extraña manía de estarse callada, de no desvelar lo que sintió la piel, de no repetir las palabras que un día nos dedicamos a escondidas del mundo, que sólo tú y yo conocemos y que quizá ni siquiera signifiquen lo mismo en tu memoria que en la mía.
Y ahí quedan atrapadas en el tiempo esperando que un día nuestros cuerpos se tropiecen y nuestros ojos se reconozcan de nuevo y quien sabe si entonces, en ese momento, la memoria hable y nuestros labios por fin lo sellen.
Sara Gómez Mendiguchía
No hay comentarios:
Publicar un comentario