Te has ido quedando
De a pocos
Has ido invadiendo mi pensamiento
Entraste sin querer y no sabría decir cómo ni cuando
Explicar el momento exacto donde mi corazón empezó a acelerarse al mirarte...si no sé cómo ocurrió
Cómo explicar cuando ya no esperas nada ni a nadie, cuando los días pasan de veinticuatro en veinticuatro horas, una detrás de otra...sin más. Cuando te has rendido al mundo, has dejado de luchar contra todo, contra ti misma, y no te peleas con las voces de tu interior porque han dejado de importarles tus contradicciones y tus adversidades...y tus sueños o tus pesadillas
Y ya no importa si dejas de volar porque te conformas con arrastrar tus pies cansados y rotos ya por el dolor del peso de la vida...
Conformas miedos y pesadillas en la misma casilla de los sueños perdidos que se rendieron en trincheras acribilladas por palabras de incomprensión
Y la verdad, la única verdad que eres capaz de racionalizar es que la sangre de tus venas corre triste por tu cuerpo y encuentra un corazón cansado y desesperanzado de latir en latidos sin compás ni razones
Y justo cuando ya empiezas a cavar tu propia tumba porque no tiene sentido estar muerta en vida o estar muerto entre los vivos...buscas la tierra que de cobijo a estés huesos cansados e inútiles y solo eres las manzana desechada del cesto que vaga perdida mecida solo por las olas plácidas del mar, esperando desaparecer
Entonces llegas
Llegas
Y te instalas en mi
Y todo renace
Y fluye
Y comienza
Y el tiempo solo es un concepto que marcan las agujas del reloj porque los minutos ya no son iguales contigo que sin ti
Y entras en mi alma y la abrazas y todo se recompone y todo empieza a tener sentido
Hasta la vida...
Si te quedas
Perdamonos en el infinito del mar
Piérdete conmigo
Perdamonos
Sara Gómez Mendiguchia
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