El despertar de la semilla
No fue el final, aunque el pecho quemara,
fue solo el invierno que me enseñó a esperar.
Lo que no floreció, lo que el viento se llevara,
es abono del alma que hoy vuelve a brotar.
fue solo el invierno que me enseñó a esperar.
Lo que no floreció, lo que el viento se llevara,
es abono del alma que hoy vuelve a brotar.
Me despido del "casi", del nudo y del rastro,
de la sed de respuestas que no han de llegar.
No se cae el cielo por perder un astro,
si el sol de uno mismo empieza a brillar.
de la sed de respuestas que no han de llegar.
No se cae el cielo por perder un astro,
si el sol de uno mismo empieza a brillar.
Renazco en la calma de no ser de nadie,
en el dulce derecho de volver a empezar;
que el amor que no fue, por más que me invada,
no tiene la fuerza para hacerme olvidar...
en el dulce derecho de volver a empezar;
que el amor que no fue, por más que me invada,
no tiene la fuerza para hacerme olvidar...
...que soy tierra fértil, que soy luz propia,
que mis alas no dependen de un viento ajeno.
Escribo en mi piel una nueva estrofa,
libre de sombras, de dudas y de freno.
que mis alas no dependen de un viento ajeno.
Escribo en mi piel una nueva estrofa,
libre de sombras, de dudas y de freno.
Hoy me elijo a mí, con la fuerza del río,
que busca su cauce y no mira hacia atrás.
Gracias por el fuego, gracias por el frío,
ahora sé que en mi centro reside la paz.
que busca su cauce y no mira hacia atrás.
Gracias por el fuego, gracias por el frío,
ahora sé que en mi centro reside la paz.