domingo, 28 de diciembre de 2025

Santuario invisible

Es mi santuario invisible. 
Hay un lugar donde las palabras sobran,
donde el tiempo no corre, se queda a descansar. 
Es el silencio del alma, donde las penas se cobran en monedas de paz, imposibles de gastar.
Es la tregua sagrada tras la batalla diaria,
el murmullo del ser que no necesita gritar, 
una luz que no quema, una calma necesaria,
que enseña que para avanzar, a veces hay que parar. 
No temas al silencio, no es soledad ni frío,
es el puente que cruzas para volverte a encontrar.
Como el fondo sereno que sostiene al río,
es el único puerto donde puedes, al fin, naufragar. 

Sara G. Mendiguchia