Noches insomnes
mientras el tiempo se escapa por las rendijas del olvido.
Pienso en nubes de algodón que acunen
suavemente mi agitado corazón
que se ha empeñado en convertirse en clepsidra de sangre
robando tiempo a esta noche estrellada,
mientras lagrimas de sal recorren mi rostro
ahuyentando fantasmas
quebrando sueños
puliendo recuerdos.
El tiempo se escapa por las rendijas del olvido.
y la noche desaparece junto con sus fantasmas,
sus lagrimas de sal y las cadenas del insomnio.
Sara Gómez Mendiguchía.
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