Aprendí
Aprendí a volar sin alas
Porque me canse de coser jirones y rasguños y dar puntadas a los mismos descosidos...una y otra vez
Y ahora vuelo sin ellas
Sin límites
Sin miedos
Con menos temores y más libre
Y el cielo ya no lo limita la luna, ni los astros, las estrellas sólo alumbran mi camino y me guían en un mundo que hace tiempo olvide que existía para mi
Y no sé si mis cenizas se han compuesto de nuevo y han decidido que el cementerio es demasiado frio para mi alma, que es mejor dejarse mojar por la lluvia, que pisar la nieve también es bello y que a todo invierno le sigue una primavera y que en cualquier caso si llueve, truena, graniza, hiela o nieva, siempre puedo resguardarme al cobijo de tus ojos y al calor de tus brazos.
Sara Gómez Mendiguchia
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