Cada vez que pretendo olvidarte
y le propongo una tregua a mi corazón
y decido que no has existido...
Es entonces cuando más te quiero.
No sé qué hacer sin tu voz
Sin tu calor, no sé qué hacer.
Háblame
Aunque sea para decirme adiós
Que las calles ya no existen al amanecer
Y todo se confunde justo antes de que salga el sol.
Y yo duermo sin ti, sin nada, sin tiempo, sin almohadas en las que dejar todo lo soñado, lo anhelado, lo vivido y lo aún por vivir. Sólo las mantas abrigan esta piel que no sabe olvidar tus manos.
No sabe y no quiere por más que lo pretenda.
Ya solo el viento se entretiene como mi pelo...
Y las baldosa de mi calle me hablan de ti y empiezo a perseguir tu sombra y ya es un acto compulsivo el encontrarte, perseguirte sin que me veas...solo el aliento en tu nuca me delata.
Cualquier día me atrevo y te sueño
Cualquier día me atrevo y te beso
Cualquier día me atrevo y te dejo de olvidar.
Mi extraña manera de olvidarte
Mi extraña manera de tenerte
Sara Gómez Mendiguchía
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