¡Qué callen ya!
¡Qué calle la ciudad!
¡Qué callen las voces en mi cabeza!
Silencio
Solo un poco de silencio entre tanta locura, entre tanto amasijo de pensamientos ajenos y propios, de prisas y desconsuelos, de fronteras imaginarias, de ilusiones desbocadas, de miradas y de palabras que no provocan nada, solo palabras al viento que no cumplen promesas, de hechos no consumados y de letras vacías.
Y el amor.
El amor que grite.
Qué recorra la sangre.
Qué fluya y se desboque.
Qué nos haga suyo
Y nos abandonemos en la noche
En el silencio de la noche solo se debería oír el grito del amor en nuestros cuerpos
Y nunca la soledad de un no sé cuándo, un tal vez, quizás, o puede que nunca.
Silencio.
Que se escuchan pasiones.
Se cumplen promesas
¿Café?
Después
Sara Gómez Mendiguchía
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